martes, 14 de enero de 2014

La Ciudad del Sacramento.


    Lugo es conocida como "la Ciudad del Sacramento", porque en su catedral permanece perpetuamente expuesto el Santísimo Sacramento del Altar. Este privilegio de la basílica lucense es memoria de la general costumbre de las iglesias de España, antes de la venida de los moros, de tener descubierto y patente cada día el Santísimo en su altar mayor. Un documento del año 1130, ya se refiere a este culto extraordinario de Santa María de Lugo. En el gran retablo antiguo del altar mayor , obra de Cornelius de Holanda(1531), aún aparece el ostensorio donde se colocaba el Sacramento en forma de orifico circular enmarcado por un desolete coronado. La actual Capilla Mayor, cerrada y limitada por la nave del deambulatorio, conserva las columnas arcadas góticas que acaso, como Peinado quiere, sean obra del maestro Fernán Pérez, y que enmarcan grandes cristales, "los espejos del Sol que aquí se guarda". En el siglo XVIII, el francés Lemaur hizo nuevas trazas, logrando un conjunto frío e inexpresivo. El Tabernáculo es obra de San Jurjo, "un rompimiento de gloria con ángeles y serafines". Y el altar mayor es obra del citado Lemaur, y como todo lo suyo, helado y aséptico...
    Pero nada de esto importa cuando, en el feliz junio, el Reino de Galicia acude en corporación- un reino ya imaginario, como el del rey Pecador de los romances artúricos y de la quête del Grial-,a hacer la secular ofrenda al Sacramento del Altar, "primer misterio de la Fe, en el que firmemente creemos". Galicia se arrodilla físicamente allí. Y tampoco importan nada los mármoles de las Vascongadas y de Carrara, y toda la frialdad neoclásica, que pretenden sujetar la emoción a geometría, cuando los fieles lucenses acuden a orar. Pequeñas sombras se doblan constantemente en los reclinatorios. los lucenses se apuntan para "la vela" del Señor. "Cuando alguien reza, dijo Hello, toda la Creación reza".
    Y en la tarde del día de la Ofrenda del Reino, en la famosa carroza catedralicia, el Santísimo pasa por las calles y plazas intramuros de Lugo, en solemne procesión. Y bendice a su cuidad, en la que el aire se llena de campanas y latines litúrgicos.

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