Su diseño combina diferentes conceptos de arquitectura, donde se obtiene como resultado una gran estructura construida con hormigón armado, recubierto en su fachada por vidrio y con los huecos de las ventanas recortados del propio hormigón estructural.
Su diseño no fue al azar, sino que toma en cuenta dos de los símbolos de la ciudad. Por una parte los pináculos tanto de la Sagrada Familia como de la Sierra de Monserrat. La idea consistió en que emergiera de la ciudad, ya que es el tercer edificio más alto, de manera que de una situación tranquila saliese semejante estructura.
El edificio consta de 34 plantas diáfanas y sin pilares interiores sobre la altura de suelo, y por debajo de esta, se encuentran otras cuatro más, las dos últimas destinadas a parking.
Básicamente posee un núcleo central y un perímetro exterior portantes que transmiten las cargas a plantas libres de apoyos intermedios. Está compuesta por dos módulos de hormigón, uno central y otro que recorre todo el perímetro. Se trata de dos cilindros ovales, el central ahuevado y el perimetral con forma elíptica, de manera que no son concéntricos y que finalmente están coronados por una cúpula de cristal y acero.
Es decir, la torre no es de planta circular, sino que ligeramente elíptica. Desde
la planta baja hasta el piso 18 el edificio es totalmente recto, desde el piso 19 al 26 va disminuyendo paulatinamente la sección hasta el 26 donde se interrumpe el hormigón y continúa la cúpula de vidrio con estructura de metal. Las últimas 6 plantas quedan suspendidas en voladizo.

Finalmente, un elemento muy característico del edificio es su iluminación nocturna. Dispone de 4.500 dispositivos luminosos LED y que permiten la generación de imágenes luminosas en su fachada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario